Psicólogo, psicoterapeuta, terapeuta, psicoanalista, coach, consultor psicológico, psicólogo social... como diría el viejo y querido Perls: elephant shit!!!
Hoy no me levanté con alma de diccionario, pensé, pero algo quería decirles a los estudiantes.
En países con legislaciones duras, dije finalmente, cada rol está específicamente definido y legislado en su campo de competencias. Son muy estrictos con eso. En Estados Unidos, por ejemplo, no podríamos hacer psicoterapia con nuestro título argentino, necesitaríamos otra certificación más.
En cambio en países con legislaciones blandas como el nuestro, exageré un poco, lo cierto es que cualquiera puede hacer lo que se le cante, por eso hay tanta confusión.
Adoro las legislaciones duras y las cosas claras y definidas, pensé, y adoro también las legislaciones blandas que dan espacio a lo nuevo.
Pero no se olviden, dije, y dije lo único que me importaba decir, que lo más importante de todo es que más allá del nombre que nos pongamos (psicólogos, analistas, terapeutas, counselors, coaches), todos somos herederos de un tradición milenaria:
nuestros ancestros fueron los chamanes, los sacerdotes, los sanadores, los brujos y brujas, los grandes magos... cualquiera sea el nombre que en cada época se acostumbró usar. Somos herederos de una tradición milenaria.
Piensen en eso... el resto es packaging.
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